miércoles, 28 de noviembre de 2018

EL QUERER COMO POSIBLE

EL QUERER COMO POSIBILDAD.



Si la acción humana es el fundamento de toda moralidad, para ser el hombre primero tiene que querer ser. Ya no se trata ahora de la acción como fundamento, sino de interrogar por el fundamento del fundamento, esto es, por aquello que esta detrás de la acción misma, y que es precisamente la voluntad como fundamento de la acción ética.

De acuerdo con Savater, la pregunta radical sobre cual gira la ética ya no es "¿Que debo hacer?", ni tampoco "¿Que puedo hacer?", sino "¿Que quiero ser?".
En el horizonte del quehacer ético, antes de ser, la decisión compete única y exclusivamente a nuestra voluntad. En este sentido, la pregunta ¿Qué quiero ser?, tiene que estar precedida por ¿Qué quiero hacer de mi vida? En pocas palabras: antes de ser hay que querer ser.

El querer, en un sentido ético, no es sinónimo de capricho, terquedad o simplemente, una acción fortuita, sino que es un querer radical en donde no va nuestro propio ser, es decir, el ejercicio consciente de nuestra libertad.
El querer como posibilidad, por consiguiente, implica que: " Es de mi querer esencial, no de un querer parcial o cosificado".


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